lunes, 24 de marzo de 2008

HERNÁN DARÍO CORREA



Hernán Darío Correa en su exposición de arte, muestra el desnudo de la mujer plasmada sobre el lienzo, a lo largo del desarrollo de su obra se preocupa por darle diferentes connotaciones a sus pinturas, resaltando la excitación y el placer erótico que tiene el sujeto observando clandestinamente a personas que se desvisten o están desnudas, o a parejas en actos sexuales, el artista lo determina como voyerismo, además desde otra perspectiva se podría valorar la temas como el fetichismo donde resalta partes del cuerpo femenino, como su vagina, sus pies, los tobillos, las manos, etc.

Lo que busca el artista e resaltar la belleza erótica que ostenta la mujer en todas las poses sexuales, sus manos son tan femeninas, pero muestran aberración, su cuerpo es pintado por el artista en tres tonalidades, el rojo que insita la pasión; el blanco, la pureza que despierta la mujer virginal y finalmente el color negro lo interpreto como el pecado, lo impúdico ante la iglesia cristiana, y Hernán Correa también hace referencia a los tipos de ideología de los templos hindúes que celebran los deleites y el placer carnal, al igual que en la China con sus encuentros amorosos llenos de lujuria, también se encontraban en el Japón en el periodo Edo (1600–1868) los manuales de sexo llamados
shunga (imágenes pornográficas). Estos libros
o álbumes mostraban imágenes con escenas
de amor muy explícitas. También había libros
ilustrados con comentarios que contenían
retratos de las principales prostitutas de
aquellos tiempos realizando actividades
típicamente mundanas tales como lavarse el
cabello.

En la pintura de la mujer desnuda el contraste de colores cumple un rol importante y es asignarle a la obra diferentes perspectivas de valorización, las siluetas que forman a la mujer hacen que se vea delicada, sutil, frágil, y la vez muy expresiva, le da un sentir erótico, sensual.

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